Arranca Estival Cuenca '19 con una brillante noche de flamenco y jazz.
- Dulce Moctezuma
- 10 may 2020
- 2 Min. de lectura

Esta crónica fue publicada con fotografías de Sergio Rubio en la Revista Espacies y Las Noticias de Cuenca.
30/6/2019 · Itziar Agudo y Dulce Moctezuma
El Museo Paleontológico de Cuenca se engalanó la noche del sábado para abrir la novena edición de Estival. Con una asistencia de cerca 300 personas, Chico Pérez y Antonio Lizana fueron los encargados de llenar de música el icónico lugar conquense.
A las 20:30, cuando el sol comenzaba a dar un respiro, el jienense Chico Pérez presentaba su disco "Gruserias" en esta primera fecha de Estival. Un híbrido sin etiquetas en donde el jazz, flamenco, tangos y malagueñas tuvieron lugar sin dejar indiferente a los que allí acudieron. Acompañado por Ángeles Toledano como voz, Jesús Zájara a la flauta, Carlos Bueno al bajo, Alberto Garrido a la percusión y Guillermo Hernansaiz a la batería; un grupo de amigos (o de hermanos, como ellos se dicen), que combinaban con maestría y complicidad múltiples géneros en donde el punto de unión era el mero disfrute musical, dando un espectáculo a la altura del festival.
Una actuación en la que destacaron los ritmos de palmas de todos los integrantes, la voz de Ángeles y los solos de flauta y bajo, sin sobrepasar al piano que fue el instrumento principal en todo momento. Un concierto íntimo que nos dejó disfrutar de canciones como Guernica, una malagueña de piano y cante, que dio paso a una obra donde Chico Pérez se abría en canal tocando el piano solitario. Para terminar, volvieron los 6 integrantes al escenario a tocar la última obra y dejando a todos los oyentes eufóricos pidiendo, en pie, un bis final. Un concierto especial para Guillermo y Jesús, dos conquenses que volvían a casa para tocar donde siempre habían soñado.
En la segunda parte del programa, sobre las 22 horas, llegó el turno en el escenario Antonio Lizana. Lizana puso la voz y el saxofón, Shayan Fathi acompañó con la batería, Jesús Caparrós al bajo, Daniel García al piano y José María Castaño en el baile y los coros. Con las primeras notas de su saxofón el público ya pudo apreciar la calidad del espectáculo. Entre luces cenitales intermitentes y un viento que pareció dar tregua después del sofocante día, Lizana logró poner en pie aquel híbrido de jazz y flamenco, en el que el baile y coros de Castaño hacían de la terraza del MUPA un laboratorio de alquimia musical.
El gaditano volvió a poner al público en pie a un público con ganas de disfrutar de esta noche flamenca. Dos conciertos sensacionales que llenaron el lugar de magia, dejando el listón muy alto para los próximos conciertos de Estival Cuenca.
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